jueves, 21 de agosto de 2008

explicaciones para el alma (parte uno)


En un escenario solitario y frió, mientras las grises nubes rodeaban el cielo y la lluvia sumergía mi espíritu en un angosto hoyo, tres metros bajo tierra, en el cual reposaba sin causa precisa mi inerte cuerpo, mi alma se desprendía de mi ser y mientras la oscuridad la arrastraba a su espeso y nubloso interior, intentaba recordar el por que yacía en la tierra.

Mi alma al ver mi cuerpo por primera vez lejos de ella y en tan repugnante forma, alimentando gusanos y anidando liendres, desesperada intentando explicarse el por qué.

Por su ya descarnado cerebro pasan recuerdos rotos y difusos momentos, en los cuales su felicidad se desvanece y la tristeza se apodera de todo lo que resta, pero no logra encontrar el por que de tan grande pena.

Tal vez sea porque la soledad me ha consumido, pero si fuera así como a llegado mi cuerpo ha tal estado.

O quizás la mente se ha quebrado, si, ahora recuerdo, por lo único qué una sonrisa en mi cara ha marcado...





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